Seis años sin visitar esta cueva digital. Ha tenido tiempo de criar telarañas. Y seguirán saliendo más, pues esto no es un «reload» al estilo Matrix. De momento.
«Dice mi padre que te ha dejado un mensaje en Facebook, que si lo has visto», me dijo Izan hará más o menos un año. Izan fue un alumno mío en un curso de Unity, cuyo padre, Alberto, también fue compañero durante mi paso por una empresa tecnológica. Casualidades. Afortunadas casualidades.
El mensaje en cuestión me invitaba a participar en un proyecto de escritura y compilación de relatos de ciencia ficción. «¿Ciencia ficción? Hum…», pensé con esa profundidad intelectual que siempre me ha caracterizado. Como aquella vez, leyendo un comentario de Mortadelo en un Superhumor que… Perdón, me estoy desviando del tema. «Nunca he escrito nada relacionado con la fantasía del futuro», razoné en un segundo pensamiento. «Lo último que he escrito en serio ha sido sobre fantasía aplicada al pasado. Pasado ficción, o <<novela histórica>> (a mí me gusta llamarlo <<novela histórica>> por darle algo de caché)… Será cuestión de cambiar los tiempos verbales y los del calendario: dar un salto de 3000 años hacia adelante y eso». Con esta lógica irrefutable me convencí de que podía escribir ciencia ficción con la misma facilidad con la que había escrito novela histórica, es decir, echando horas de imaginación, generación de ideas, lecturas variadas, observación de la realidad cotidiana, escritura, reescritura, reescritura, más reescritura y dejar tiempos de reposo suficientes para que la masa escrita fermente y adquiera consistencia. «Vale, Alberto. Ya me dirás cómo lo quieres enfocar para empezar a pensar en temas.»
Alberto, que es un tipo serio y bien informado, lo tenía claro: «Imagina la vida dentro de un millón de años, y lo que se te ocurra. La idea es que cada uno de nosotros -éramos de 6 a 8 cuentistas- escribamos lo que nos dicte nuestra imaginación sobre cómo andará la raza humana en ese futuro, dos o tres relatos, y en ellos metamos referencias a lo que los otros han escrito, si se puede, claro». Relatos independientes pero interconectados. «Eso va a ser todo un reto», pensé. Pero me van los retos, especialmente si hay que escribirlos (lo último que dejé por aquí fue la trilogía sobre Etiopía).
Después de un año de aquella conversación con Alberto, muchas horas con el editor de texto y un proceso colaborativo de lectura crítica y mejora de los textos junto con mis compañer@s de aventura, tengo el gusto de anunciarles que hoy mismo sale a la luz el mejor libro de relatos de ciencia ficción escrito desde Julio Verne. Se titula «Ni en un millón de años» y, en principio, sale en formato para Kindle al precio de dos cervezas. Más adelante, tal vez este mismo mes, se podrá pedir la edición impresa. Y, un poco más tarde, después de recoger los premios literarios más prestigiosos del género, saldrá la película que, sospecho, querrá dirigir George Lucas y, seguramente, protagonizarán Ryan Gosling y Ana de Armas. Otro taquillazo. Pero no voy a adelantar más acontecimientos. Lo que pase a partir de ahora, es cosa vuestra. Lo que pase dentro de un millón de años, si tenéis curiosidad, lo podréis leer en este interesante e imaginativo libro cuyos beneficios de venta irán íntegramente a una ONG (a nosotros nos basta con el Óscar al mejor guión adaptado).
Disfrutadlo y ya me contaréis.
Y vendrán más…